miércoles, 4 de mayo de 2016

SEGUNDO TALLER DE ESCRITURA

Taller de escritura en informática

Facundo Cardozo, Franco Fassi y Juana Schroeder.
       En una noche tormentosa, un colosal y oscuro animal de  ojos  infernales  y  mirada  penetrante espantó al bosque con su presencia.  El rojo carmesí de sus extremidades parecía convertirlo en el hijo de la noche, capaz de derramar su perversa herencia  en el ambiente.
Cualquiera que lo montara terminaba en el infierno,  hasta que  un hombre de  mirada celestial  y  postura intensa,  con el silencio atronador de las huestes  del  infinito que lo consumían por dentro, trepó a su lomo negro.
Dice la leyenda que en una batalla murió pero su espíritu  sigue rondando por estas tierras. Ahora se llama “Coraje” y lo entrega generosamente a todo aquel que se lo pida.

 Galgano Thiago , Pizzi Julián y Miller Camila

Luego de unos días volvimos al bosque y encontramos una sombra que parecía ser un caballo. Había un silencio atronador, realmente nos sorprendió. El cielo estaba claroscuro,  chispeante. Su sombra era veloz tanto que  parecía un hijo de la noche. Iba muy presuroso cuando  un caballero lo azotó y lo montó. El noble era robusto, gran barba y  los magnos rizos de su pelo parecían ásperos. El color de su piel era pálido.  Parecía un ángel del infierno. La colosal cabellera del animal semejaba ser sedosa, de un color rojo carmesí... Sangre… Ocultaban  un misterio ancestral. Desaparecieron de repente… Suspenso.

Chadi Agostina, Goldemberg Julián, Vigil Thiago

Una tarde gris y lluviosa, en un bosque espeluznante, húmedo,  habitado por un silencio atronador y penetrado por una niebla infinita, un caballero del castillo de Gronlinchid decidió explorarlo con su caballo, escudo y espada en mano.  Caminó, caminó, caminó y caminó hasta que notó un brusco movimiento entre los árboles que se encontraban llenos de musgos. De repente, una criatura misteriosa lo atacó. Él sacó su espada y se la atravesó por la garganta. Acto seguido: la criatura murió. El caballero sintió un fuerte impulso por escapar de ese maldito bosque habitado por ángeles del infierno. Gracias a la velocidad de su caballo pudo escapar rápidamente y sin ser lastimado.  Cuando llegó a su pueblo se dio cuenta que su familia había sido capturada por el príncipe Levin Yoghurer Petruhyt del reino  del castillo de Welfeisterneytz. Sin pensarlo tomó a su astuto caballo y partió hacia esas tierras medievales. ¿Podrá el caballero salvar a su familia?     Ya lo veremos…

Nico López, Valentín D`amico y Lucas Martínez

  El olor a humedad invade el lugar con su aroma particular. A lo lejos resuena
un ruido extraño como si fuera un galope suave.  De repente un rizo rojo asoma detrás de un árbol y un tono de piel bastante oscuro de aspecto sedoso, observa a través de unos bellos ojos. Este asombroso ser era un caballo. Detrás, un hombre de aspecto primitivo caminaba cerca de su potro.  Ni una  palabra surgía de su boca, el único sonido que se podía escuchar  era el silencio atronador que  atormentaba el lugar. Tan antiguo era su aspecto que semejaba  un muerto viviente.  El hombre, subiéndose a su caballo fue diligente hacia el horizonte desapareciendo como una sombra en la noche. Inesperadamente  unas huestes con caballos acompañaron  al extraño ser, jefe de  un ejército infernal, que buscaba conquistar el imperio de las almas.

Pettinato Martina y Romero Agustín
Un perfume ligero, un ángel celestial cuyo color es el azul cielo, un pigmeo,  tensa calma, una graciosa torpeza,  una larga barba, un silencio atronador que reinaba y una gran batalla entre ángeles y demonios que se desataba. Gente inmutable. De repente, un gran caballo infernal de color negro claroscuro y un rojo carmesí, bajó a toda velocidad de una colina empinada ocultando un misterio ancestral: era hijo de la noche, y un gran rayo escandaloso lanzado por Zeus a su lado, deslumbró. Impacto.

Barceló, Robaina y Miyasato
Estaba ahí ese caballo “maleable” con sus huestes infernales  bañadas en  rojo carmesí. Era un ejército colosal. Parecía el fin del mundo y el despiadado país de Alicia entre sus extrañas maravillas.
El caballo era veloz con su fiel encargado quien tenía un perfume penetrante pero al mismo tiempo  suave.  El hombre era pigmeo y transmitía una tensa calma.  Un pequeño gran individuo que siempre cometía  graciosas torpezas. Llevaba consigo un misterio ancestral, que compartía con su caballo.
Camino a la guerra, ellos y sus huestes habían perdido a uno de sus mejores  hombres quien antes  de morir  parecía un muerto viviente.
A la caída del sol, se veía el claroscuro del caballo, inquieto de  carácter que lo hacía parecer un ángel del infierno, y con esa actitud pretendía ganar la gran batalla “De los siete mares”... Confusión y caos…
 Volvieron del combate como  grandes victoriosos. Sin embargo tenían 123 muertos  y 50 sobrevivientes heridos. El caballo se había quedado sin su fiel encargado. Por lo sucedido, dejó de ser un potrillo de guerra, para cumplir el sueño de su amo: convertirse en  el mejor caballo que un humano, simple y común, pudiera tener.

Gumbau Mateo, Lioi Marcelo y Mercuri Valentina
Hombre serio e intenso. Fuerte.  Ojos profundos y mirada fija. Perfume penetrante. Lastimado por dentro y su furor por fuera provocaba espanto y muerte.
Había pertenecido a las  huestes  celestiales.  Todo era azul cielo, hasta que un día cambió.  Se volvió rojo intenso y carmesí. Llegó el fin del mundo y al país de las maravillas, con su familia quiso llegar. Ahora el silencio atronador lo invade y no puede pensar. Las ideas se vuelan con la poca brisa que hay.
Caballo de guerra, fuerte y poderoso, galopando  en el claroscuro del paisaje. Relámpagos, truenos y gritos de aldeas poco alejadas. El coloso alazán corre contra el viento sin dudar. Seguro de sí mismo, su mirada lo hace notar. El  olor a humedad lo incomoda un poco, pero no le importa al trotar. Lo importante es llegar…

Morena Dausu, Mateo Corvaro y Nazarena Ruiz
El caballo es oscuro como la noche. Sus patas rojas reflejan un diamante  escarlata y parecen estar pintadas al igual que su pelo. Detrás de él se ven los colosales montes impactados por los truenos. El silencio  es interrumpido por el ruido del golpe de los rayos.  Su intensa cabellera vuela, mientras corre velozmente. Parece ser un animal del infierno por su forma física delicadamente  perversa.
La tensa calma del hombre demuestra su madurez y poder. Con su gran bigote de época y su intensa mirada parece ser alguien importante. Cabalga.

Bianchi  Mora, Sayar Tomás y Ziccardi Renata.
El hombre tiene un perfume intenso, una mirada fija y un cabello ondulado que provoca una impresión estéticamente tenebrosa. Su bigote despeinado, hace que su  sonrisa sea más linda. Da la idea de ser un pequeño gran hombre. Tiene una gran solapa  de  forma que su traje resalta. Parece un pintor de los años `70, Armando Montesinos.
El caballo se ve  reflejado en el suelo con la luz de la luna. Parece un animal guerrero, tiene una patas color rojo carmesí. Huellas de sangre. Su pelaje es negro como las nubes de tormenta  que reflejan la oscuridad y el temor. Al chocar su crin con el viento provoca un silencio atronador y su cola tiene unos reflejos rojos que se identifican con  su corazón. Su pelaje transmite un aroma a flores del bosque y   sus ojos brillan como si fueran perlas. 

Candela Nahum, Nicolás Pepe y Vera Zadunaisky.
Su cuello claro es la única luz que refleja su personalidad  triste y perdida en sus perturbadores sueños que nunca lo dejarán escapar. Su aspecto es prolijo pero su vida es un desorden.  Siempre charlando solo con el cuadro cuya  temerosa figura es  un caballo en la tormenta. Al mirarlo se siente bien porque es una de las pocas cosas que se parecen a él: solo, perdido, nervioso y sin nada ni nadie con quien compartir sus emociones.
 Pero… ¿Si pasara lo que ambos temen? Que sus espíritus se separen y se encuentren perdidos y solos en su imaginación… ¿Qué harían? ¿Ya no estarían más juntos?  ¿Serían solamente dos simples cuadros? ¿Es que alguien sospecharía que alguna vez estuvieron unidos por la historia?  ¿Un caballo tan veloz  terminaría siendo nada más que un  simpe hijo de la noche vacío y triste dentro de un cuadro? ¿Un hidalgo tan valiente perdería toda su gracia en  un encuentro con la torpeza?

Facundo Alonso y Micaela Sartori.
En ese momento se escuchó un relámpago  e inesperadamente apareció una figura delante de nuestros rostros. Era espeluznante. El hombre tenía una espesa y negra cabellera. Su cara  no revelaba buena actitud. Tenía un largo bigote. Su atuendo era oscuro y tenebroso. Otro relámpago y un sombrío caballo con armadura apareció. Su cuerpo era rojo y demostraba una gran agilidad. Sus ojos, negros y hoscos, no revelaban nada. El aroma de las dos figuras era a uva. El caballo corría por la tierra en busca de algo. No descubrimos qué es, todavía…

Wanda Neumann , Lucas Brizuela.
Una tensa calma invadía la estancia. De repente, un silencio atronador  me estremeció. Con un perfume ligero, de sus manos goteaba un rojo carmesí. El hijo de la noche deambulaba por allí, con su sombra claroscura. Un caballo presuroso se hallaba a su lado, como un ángel del infierno ¿Qué destino despiadado le ocurrió al pasajero de graciosa torpeza cuyo único error había sido pasar  por aquel lugar de muertos vivientes?